Sidemen
El camino a Sidemen ya era precioso e iba dándome una idea de cómo era el destino al que me dirigía.
La primera vez que oí de este pueblo por Thomas el francés del monte Rinjani que me dijo que era espectacular y de hecho lo llamo el punto estelar de Bali. Después lo volví a oír en Gili del italiano hippy que había conocido en el hostal, me dijo que era una versión mucho más auténtica que Ubud.
Total que me había quedado con las ganas de conocer los famosos arrozales y campos verdes de Bali, que desde luego, o al menos yo, no pude ver en Ubud.
Así que ahí que iba y desde luego era como me lo había imaginado sino mejor.
Al llegar a Sideman me pareció un pueblo con una calle pero esa fue mi primera impresión, este pueblo tenía mucho más que ofrecer.
Total que me dejaron con el coche cerca del Hause Market mi hostal, lo más cerca que pudieron pues no se podían meter por esas calles estrechas con el coche y ahí me recibió la que sería mi personaje estelar en este capítulo Gusti Putri la anfitriona de Sidemen, una mujer encantadora la verdad
Era una mujer de mediana edad, vamos como yo en sus 30 y pico o 40 y pocos, muy alegre y con un inglés muy particular, cuesta un poco acostumbrarse pero luego ya la vas entendiendo mejor. Me llamaba siempre “Marin”, no me esforcé en corregirla y decirle que mi nombre era “Ruth”
Me enseño mi habitación, preciosa también con baño incluido y un pequeño porche. Esta y otra habitación estaban con anexadas al exterior de un pórtico que “enmarcaba” lo que era el hogar de Putri, una edificación con dos casas centrales y una especie de templo que en realidad son muy frecuentes en Indonesia en familias entiendo yo de cierto nivel. Después de entrar en mi cuarto ella me enseño la casa principal, mucho más grande y con las dos edificaciones que digo, una contenía una cocina enorme y la otra (imagino) sus habitaciones. Tenían un perro muy antipático que no paraba de ladrar cuando me veía.
En la habitación contigua a la mía había un noruego con un nombre muy extraño (Oisten) pero que nos pedía que le llamáramos Peter, más que nada para facilitarnos la vida
Esa tarde decidí darme una vuelta por el pueblo para ver un poco que había que hacer por ahí. Había varias calles principales muy largas que tenían pocas edificaciones, pocos restaurantes, estaba muerta de hambre y me costó un poco encontrar algo que me convenciera.
En mi camino al que sería mi restaurante principal, entre en una agencia turística o bueno, un edificio que decía que organizaba trekkings y ahí vi que había uno popular entre los arrozales de Sideman que bueno de momento decidí esperar antes de coger nada.
Comí en este restaurante, con vistas a los arrozales (luego averigüé ahí todos lo tenían) y seguí caminando pero me di cuenta que no tenía nada que hacer ahí sin una moto pues las distancias son enormes y no iba a poder conocer la localidad bien sin ella. Así que llamé a Putri y le pregunté si tenía una.
Nunca he conducido una moto en mi vida, pero ya en Canggu me lo planteaba seriamente al ver que Steff si que lo había conseguido y era el medio más popular del país y en realidad el más sencillo.
Le dije a Putri la verdad, que no había cogido una moto en mi vida y me enseño un poco como se manejaba. Al principio me costó un poco, pues le daba un poco al manillar de la bici y arrancaba con mucha fuerza y muchas veces me costaba controlar su peso..pero fui pillando el punto justo para darle al manillar y no estamparla. Putri estaba un poco asustada cuando salí a trompicones y golpes de gas la verdad, igual que yo, pero fui cogiendo poco a poco más confianza en mi pequeño paseíllo por el pueblo. Fue un paseo pequeño, de “entrenamiento” pero lo disfrute mucho porque el paisaje era tan guayyy!! No puedo describirlo, como en los cuentos, solo puedo mandar algunas fotos, que paz.
Era justo el paisaje que yo creo esperamos todos ver en Bali, el tipo de gente que esperas ver en Bali…super tradicionales, agricultores, creo que como debía ser todo Bali antes de que llegaran las hordas de turistas.
Después de mi paseíto tuve una cena con “Peter” en el restaurante de siempre, bueno el único que había intentado hasta la fecha. Me explico que el venía mucho a esta parte de Indonesia, que le encantaba. Él iba en bici a todos lados. Se la había comprado aquí y la guardaba en casa de unos amigos suyos.
Era médico, tenía 60 años y seguro había sido un tipo muy atractivo, lo seguía siendo y desde luego parecía mucho más joven.
Creo que le daba envidia que yo pudiera trabajar y viajar a la vez. Me comentó que él había intentado viajar lo máximo posible dada su profesión y por lo que me conto, no lo había hecho nada mal, había visitado muchos países, con la bici principalmente echo muchas rutas, entre ellos África y había repetido mucho en Bali en esta parte donde, ya conocía a varios locales. La verdad que era un sitio ideal para ir con bici si estás entrenado porque tiene muchas cuestas.
Nos fuimos pronto a la cama en medio de un chaparrón pues lo malo de Sidemen es que todas las noches llovía. Llovía de forma brusca y muchísimo, como si estuvieras debajo de una ducha a presión. Yo no había llevado mi moto porque me daba miedo conducir bajo la lluvia. Lo bueno era que, al menos casi todos los días, llovía a partir de las 17 y hasta esa hora hacía muy buen tiempo.
Al día siguiente, temprano a la mañana, intenté hacer el recorrido de los arrozales con wikilok con muy poco éxito pues acabe en medio de un arrozal, siguiendo un camino muy estrecho que termino en medio del arrozal sin ruta que seguir y del que decidir volver sobre mis pasos a tiempo antes de acabar en el medio de la nada sin poder salir. Tampoco había nadie que me guiara
Pero bueno así me dio tiempo a coger de nuevo la moto y ahí hice una ruta un poco más larga por el pueblo. Vi que había cómo dos partes que las separaba un río e incluso la segunda parte era más bonita de donde estaba yo. Me caí en un momento al parar y no poder controlar el peso de la moto pero como estaba quieta no fue un golpe duro pero me levante un poco asustada. Aunque luego, corriendo un poco con la moto volví a disfrutar el recorrido. La verdad me encantaba ir en moto
Tomé algo en un restaurante en la parte del pueblo al otro lado del río, que me recomendó Peter y decidí ir a una cascada que había oído estaba por ahí cerca y era otro de los trekkings populares por la zona
Estaba un poco más lejos de lo que pensaba pero llegue sin problema. La cascada no era tan bonita como esperaba, bastante sencilla pero claro yo ya en este año tenía un master en cascadas y cualquier cosa ya no me bastaba. Sube hasta arriba vi la vista y baje sin más. Era el cumpleaños de Vinny así que le llame antes de coger la moto. Estaba en Thailandia y me dio un par de consejos muy buenos con la moto cuando le conté que había aprendido a cogerla. Como que no frenara con solo el freno derecho porque era el de la rueda de delante, sobre todo si estaba en una curva pues el se había caído varias veces por eso mismo.

Eso me serviría al día siguiente la verdad que tuve una conducción larga y dificultosa bajo la lluvia
Porque decidí irme a donde me había recomendado también Peter que la verdad, no mereció la pena mucho como paisaje, que era el valle del monte Batur, que había subido como hacía un mes atrás, pero la parte de abajo que tenía un lago en la base
Total que a la mañana siguiente fui para allá. Fue una conducción larguísima en moto pero a la ida fue preciosa. De nuevo los paisajes verdes, arrozales, etc..ya he comentado no? Que me encanta ir en moto!
Bueno me encanta si no llueve porque tuve una ese día..todo fue bien hasta la 1 o así. Pase por varios pueblos locales separados de un paisaje bucólico como digo, luego por una especie de bosque que subía una montaña hasta su punto alto que era un mirador desde donde se veía el lago en la base del monte Batur. Aquí tome un café pues había varios chiringos a un lado de la carretera y acabe comprando una pintura que no quería comprar (pero son unos pesados ) y por la buena suerte me tome el café y compre el dibujo echo a mano que ahora esta en frente de mi tocadiscos en mi cuarto de Zaragoza. También compre una pulsera de piedras de volcán muy típicas ahí (y en mi sitio favorito, Fuerteventura!) porque la mujer me persiguió literalmente del descanso del café a la moto. Y ahí ya seguí mi camino (ya llevaba hasta llegar al mirador como la friolera de dos horas conduciendo
Sali del mirador y comencé la bajada a la base de la montaña por una especie de bosque. Al llegar abajo había un pueblo pero mucho más grande que los anteriores. Llegue a un cruce que tenía en frente un museo o algo, que veo en maps se llama “Museo Geopark Batur” que era enorme pero no entre..no me interesaba. Si me llamo la atención que para entrar al área del pueblo me pidieran dinero, bueno en realidad era como siempre, y yo darme cuenta que no tenía pues entre gasolina, compras de la pintura y diferentes cosas me había quedado casi sin nada. Lo que me dio algo de miedito la verdad, ir por ahí de viaje, estando a dos horas del hotel sin un duro.
Por otro lado me dio la excusa perfecta para “librarme” de todos los vendedores de pinturas y pulseras, debían ser los productos típicos de la región, que me “acosaron” después. Por lo visto le compre al primero arriba del todo y al precio mas caro, en fin
Baje a la base del monte batur como digo pasando por varios restaurantes de lujo con vistas, donde me planteaba parar para tener un lujo occidental como un croissant o un café con leche, pero bueno al final no lo hice.
Total que seguí bajando y la curvatura de la carretera de bajada era bastante pronunciada, tanto que muchas veces me iba al otro lado de la carretera sin quererlo pues no podía torcer la moto tanto como lo exigía la carretera. Suerte para mí que no venía ningún coche de frente, sino hubiera tenido un problema serio.
Para añadir dificultad a mi conducción de primeriza, comenzó a llover. Ya lo veía venir por el cielo grisaceo pero bueno nada que pudiera hacer aparte de ponerme mi plástico azul que me había comprado con Aida y Jess en Bali y seguir bajando. Di una vuelta por el lago preguntándome que había ahí aparte de un lago grande..como digo nada realmente bonito de ver mas que el lago y casas alrededor y bueno, el monte Batur de fondo, pero al que ya le había cogido algo de manía pues el “trekking” había sido un fraude.
Conduje por un lado del lago y al ver que no había nada que mereciera la pena, volví por donde había venido. La lluvia empezó a pegar fuerte y tuve que pararme en unos pórticos donde había varios vendedores que por supuesto aprovecharon para aglomerarse ante mí sin saber que no tenía un duro o rupia mejor dicho
Estuve esperando un rato en el pórtico pero vi claro que lo de conducir bajo la lluvia era algo que no iba a evitar pues no iba a parar de llover. Así que me puse el chubasquero y empecé la difícil subida de nuevo yéndome al otro lado de la carretera en las curvas y “rezando” para que no viniera un coche por el lado contrario a toda velocidad.
Una vez subí el monte y pase el mirador donde había comprado la pintura y la pulsera, y pase el bosque antes del mirador que tenía una bajada también algo peligrosa, el resto de la carretera era más bien recta y con buena visibilidad, así que ya me relaje un poco.
El trozo de las subidas y bajadas con la lluvia y demás lo pase un poco nerviosa, eso si, iba muy lenta y prudente para no tener ningún problema
En el último tramo dejo por fin de llover y salío el sol. Y me acompaño de nuevo el paisaje bucólico que precede y envuelve Sidemen y llegué sana y salva a casa de Putri, dándome cuenta que había completado ese día un master en conducción de motocicleta
Ese día comí a la entrada del pueblo en un restaurante con vistas a los arrozales y a un templo que hay en medio de todos los arrozales y al que iría a la tarde a una ceremonia
Llegue a casa a la tarde y me disponía a trabajar cuando Putri me recordó sobre esta ceremonia. Me había dejado ropa el día anterior pues no se puede entrar en el templo sin la ropa tradicional para mujeres y hombres.
Trabaje un poco y viendo que no llovía me decidí a ir con ellos a media tarde (yo con mi moto). Como dije el templo es el precioso este que estaba en medio de los arrozales. Ya ir caminando por los arrozales para entrar al templo me pareció como la escena de una película japonesa o asiática o algo así.
Yo y todos los locales claro vestidos del modo tradicional. Tengo algún video
Ahí nos sentamos en el suelo y entonces Putri me explico. Primero lo que se hace es con un incienso que tienen, diriges el humo del incienso con tus manos hacia ti, hacia la cara. Después venía el cura nos echaba agua “bendita” en la cabeza primero y luego en las manos que poníamos en forma de cuenco para beber esa agua y después echarla encima de nuestra cabeza y después venía con un plato con arroz y cogiendo ese arroz, nos lo poníamos en la cabeza de forma que con el agua anterior quedará “fijo” y nos comíamos el arroz crudo que quedaba en nuestras manos, no tenía que quedar nada.
Luego ellos daban una ofrenda en ese templo y salíamos. Había como tres edificaciones diferentes que yo pensaba eran el mismo templo pero no, eran tres templos distintos. Así que repetimos esta ceremonia en los tres templos.
Bueno yo en el último que era como una piscina, ya no, me fui un poco antes diciendo que tenía que trabajar, que era cierto
Esta ceremonia era por la luna llena, la hacen cada vez que hay luna llena. Y Putri me explico que se ponen agua y arroz en la cabeza para purificar los pensamientos..al final todas las culturas se centran un poco en eso no? En purificar los pensamientos de la gente
La verdad me sentí un poco especial durante el ritual, no sé cuando estas en una ceremonia de estas características como podría ser cualquier otra ceremonia de cualquier otra religión, solo con ver la atmosfera que se crea, por la gente reunida que realmente están creando con su ritual algo, un “ambiente” algo mágico que empapa un poco a todo el que asiste
Cogí la moto como dije para casa y ya fui a la cama. Al día siguiente me llevaba a Uluwatu el marido de Putri
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